Herraduras de los caballos

Herraduras de los caballos

La herradura de los caballos es una tira de metal doblado en forma de U que sirve para la protección del desgaste de los cascos de los caballos. La invención se remonta al siglo IX. El herrero es el artesano especialista en herrar caballos.

Dependiendo del uso los cascos del animal, las herraduras tienen diferentes formas y están realizadas que se haga de los caballos, es decir, trabajo o equitación, y el estado y la morfología de en diferentes materiales adaptados a cada caso.

Funciones de las herraduras

  • Evitar el desgaste prematuro de los cascos.
  • Funciones ortopédicas: defectos en los aplomos, pies atrofiados o escarzados, pies planos, etc.
  • Tratamiento de ciertas enfermedades: trastornos musculoesqueléticos, bursitis de codo, enfermedad navicular, abscesos, etc.
  • Evitar daños con las rocas y las piedras.

Historia de las herraduras

Los griegos no conocían los herrajes. Jenofonte menciona un pedazo de cuero atado a los cascos de los caballos para protegerlos de los suelos abrasivos. Como curiosidad saber que alrededor del 330 a.C. las operaciones militares de la caballería de Alejandro Magno tuvo que ser suspendida para permitir que los caballos pudieran sanar sus cascos.

Los romanos inventaron el hipposandal, un dispositivo metálico que protegía el casco de los caballos y que se mantenía gracias a cordones de cuero. Se menciona que el emperador Nerón utilizaba para sus caballos herraduras de plata y que su mujer utilizaba para sus mulas oro.

El modo en que se mantenían las hipposandal no era del todo preciso, claro está. Actualmente aún hay quien usa este método de protección, pero su uso es marginal.

Las excavaciones de los túmulos de los guerreros mongoles de esa época han descubierto cadenas circulares unidas solo por su borde de apoyo externo.

Un estudio de literatura anterior a la obra de León VI permitió localizar, en un tratado bizantino militar, una referencia a las planchas de hierro colocadas bajo los cascos de los caballos para protegerlos. Aunque el autor no se refiere de manera precisa a las herraduras con clavos, esta mención se convierte en una importante prueba de su uso mucho antes de lo que se pensaba, en la época proto-bizantina. Este trabajo tiene fecha del siglo VI y hace referencia a las placas de hierro.

El autor da consejos sobre los caballos colocados en primera línea de batalla y la forma de prepararlos para protegerlos. Además de la armadura para la cabeza, el pecho y el cuello, aconseja proteger los pies de los animales de lesiones causadas por trampas o dispositivos similares, con las citadas placas de hierro.

La herradura llega a Europa a finales del siglo IX en áreas de tierra pesada y húmeda. Cesare Fiaschi escribe en 1556 el primer tratado sobre los bocados y las herraduras, con el Trattato dell'imbrigliare, atteggiare, & ferrare cavalli (Modo de engordar, manipular y herrar a los caballos).

Con el desarrollo de la técnica veterinaria, aparecerán en los siglos XIX y XX complejos herrajes ortopédicos. El siglo XX fue testigo de la aparición de nuevos materiales y aleaciones, del desarrollo de herraduras de aluminio y plástico, los amortiguadores de silicona o las resinas compuestas para fortalecer la pared del casco.

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